El papel activo de los emprendedores en la sociedad es
vital, pues son los agentes de ruptura y creación de nuevas lógicas de mercado.
Sus talentos deben estar dirigidos al servicio para poder provocar el mayor
impacto social posible.
“Psicología del Emprendedor”. Conferencia dictada a la
Red de Jóvenes Emprendedores de Guayaquil el día 24 de mayo de 2018.
La tarea del emprendedor en la sociedad es importante,
porque son los verdaderos agentes de cambio. A través de su disposición, talentos,
enfoque personal y visión rompen lo establecido y provocan nuevas lógicas de mercado.
Comprender su psicología es una tarea motivante, pues al sumergirse en aquello que
constituye los principios de su actuar, nos embarcamos en la génesis del cambio.
En este escrito usamos el concepto más básico de Psicología:
"Estudio del comportamiento humano por medio de sus procesos mentales, sensaciones
y percepciones", porque lo que importa es denotar el comportamiento del emprendedor
en base a lo que piensan y sienten, y resaltar las características constitutivas
que conforman su actuar, más que explicar el porqué de su pensar o sentir.
La primera característica presente es la proactividad.
Stephen Covey define la proactividad como “la
habilidad de actuar con base en principios y valores más que reaccionar con base
en la emoción o las circunstancias”. Lo importante es actuar más que reaccionar,
pues es en el actuar donde se hace práctica nuestra libertad. El sentido de proactividad
permite fijar la mirada y seguridad en nuestro interior, más que en los vaivenes
del exterior. La constancia, fuerza de voluntad, no desmayo y persistencia, visto
en el emprendedor, nace de su sentido de proactividad; así como su
sentido de creer y mantener la fe, pese a toda crítica negativa o desmotivación
que pueda aparecer.
Un alto desarrollo de proactividad permite comprender
que la responsabilidad de una persona se basa en su capacidad de responder a los
estímulos externos en base a sus principios y valores, más que la simple respuesta
a la presión mental y emocional dada por un agente externo.
“El ejercicio de la proactividad es la
muestra más fehaciente de la libertad humana. En ella está la génesis del
espíritu emprendedor”.
La segunda característica presente es contar
con un propósito claro. Contar
con un propósito claro significa haber respondido la pregunta para
qué nuestro emprendimiento. Significa haber encontrado un sentido a
todo el deseo presente en el emprendimiento. Un sentido que es un fuego
ardiente que permite combatir toda desilusión, duda o desmotivación
que pueda aparecer en el camino.
Peter Drucker reconoce el propósito, como la
misión. Afirma que desarrollar la misión es un trabajo duro, que empieza por
reconocer que la respuesta no se encuentra en nosotros, está afuera. Definir la
misión significa escuchar con el corazón y los oídos lo que al cliente le pasa
y enmarcar una respuesta que dé solución a su problema o necesidades. Definir una
misión significa tener la conciencia de que todo el esfuerzo emprendedor debe servir
para algo.
El propósito para ser efectivo debe ser lo suficientemente
amplio, pero a la vez específico, como para provocar inspiración. Va más allá
del sentido de generar ganancias y su efectividad se lo constata en la salud
del emprendimiento y su acogida recibida.
“Contar con un propósito claro brinda al
emprendedor la pasión requerida para dar vida a su emprendimiento”.
La tercera característica presente es el sentido
de contribución. El sentido de contribución se basa en el valor que el
emprendimiento tiene, en que su realización va a servir para algo. Los negocios
deben ir de la mano de la sociedad para intentar satisfacer sus necesidades,
contribuir a su crecimiento, mejorar su calidad de vida. Esta característica
es lo que hace al emprendedor un agente transcendente y es lo que hace a la empresa comercial la base de todo crecimiento social. Ofrecer a la sociedad lo
necesario para la vida que esté al alcance de todos debe ser la máxima de todo
talante emprendedor.
Tener presente el sentido de contribución permite
elevar la mirada y entender que el fin de todo emprendimiento comercial es
servir. Servir es la máxima que asegura las ganancias y dota de salud a la
empresa comercial. Tal como lo dice Konosuke Matsushita: “Los buenos líderes trabajan para construir, los malos líderes trabajan
para destruir”.
“Es en la contribución donde la proactividad
y el propósito encuentran su sentido y justificación, pues el servicio se
constituye en el centro de todo pensar y sentir emprendedor”.
La cuarta y última característica es la
confianza en la voz de la conciencia y su persistencia en la integridad.
La conciencia se presenta como el lugar más íntimo del emprendedor, donde
encuentra la respuesta a toda duda y confirma la validez de sus pasos. La
conciencia dota de seguridad pues da luces a un camino que en principio se
torna tórrido y obscuro. Comunica si el actuar va por buen camino o no, construye
o destruye y evita cualquier acto que vaya en perjuicio de la
sociedad a la cual sirve.
La conciencia es para el emprendedor su voz interior que lo acompaña y protege siempre. Por eso, tal como lo afirma Steve Jobs, es importante que “no dejes que el ruido de las opiniones de los demás callen tu propia voz interior”. La integridad se traduce entonces en saber actuar acorde a la conciencia, haciendo lo que se dice, cumpliendo las promesas y actuando en función de nuestros pensamientos y sentimientos.
“La conciencia es la voz interior que dota de esperanza, seguridad y confianza el camino del emprendedor”
RED DE JÓVENES EMPRENDEDORES - 24 DE MAYO DE 2018 |
Que buen articulo.... felicitacionaes ...
ResponderBorrarMuchas gracias... Compártelo con tu red... Espero pueda incentivar tu espíritu emprendedor
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